El silencio rindióse a violines desvelados
y el límpido rocío besa pétalos dormidos,
temeroso el viento, suaves caricias riega
y la higuera desnuda, yace en su soledad.
Entréganse los colores al manto frío de plata,
perlas bellas descansando en éste tieso jardín
y la luna con orgullo, aduéñase de éstas vidas
silentes versos reposan en la piel de un alelí.
La luz de la luna sabe diluir las apariencias
la savia recorre igual, a la ortiga o al jazmín.
El mutismo de mis versos rasga toda mi piel
y las palabras ausentes marchítanse en mis ansias
Adormece la belleza en ésta sosegada noche
y mi espíritu descalzo, humedecido de ayer
bebe gotas de pasado y acaricia los recuerdos
legado de haber amado, cenizas de lo que amé...
Raquel Martinez.
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