sábado, 12 de mayo de 2018

NO QUIERO MORIR DE OSCUROS SOLES

¿Cuándo fue,  que el sol que derrame sobre tus manos

se hizo oscura noche escurriendo por tus dedos?
¿Cómo fue, que el naciente sol de mis ojos
salitroso se apagó en tus ojos claros?
¿Cuándo fue, cuándo...?

Tan fría está la luna que se abriga en mi boca
y tiembla en su agonía, al filo de mis labios.

No quiero morir de lunas y oscuros soles
pero tampoco sé, si quiero que me salves...

Raquel Martinez.

miércoles, 11 de abril de 2018

TÚ (Ser o solo soledad...)

        Desde un ángulo de la habitación, lates lenta y aletargada, quizás tu sombra... O mis ocultas ansias de querer que lo sea... Lates, agazapada, respiración entrecortada, como oscuridad con anhelo temeroso de luz. Me observas, incluso con el temor mismo de hacerlo, y siento punzantes tus ojos de negruzco silencio clavados en mi nuca. Continúo mi búsqueda de viejos textos, de versos mordidos con inconclusas ansias, y de vocablos desnudos, escurriendo por fisuras del amarillento papel. Solo sueltas ideas acorazonadas, solo eso... Tus ojos, tus ojos no tienen día, no tienen noche, y aun así, conocen los secretos de la luna y las esperanzas del sol. Una historia impropia te da un latido vívido y te aquietas atisbando tus ausencias através de mis manos. Desde un ángulo de horas que no reconozco, pero siento mías, te desarmas en negra espesura, tomas nuevas formas, danzas al son de mi agitada búsqueda, porque siento tu cercanía, tu aproximación y distancia. Te siento. Y así, hálito sublime, así, sutilmente y no tanto, invades con un gran bocado toda la habitación. Creo construirte, me esfuerzo en ello. Armarte y desarmarte, palparte, beberte, saborearte como quien cata un viejo vino por primera vez. Sincero mi pensamiento -sé que lo escuchas- pues, mis textos no tienen ningún valor, ni el valor que le daba interés de búsqueda, vaga búsqueda para hallarte, si acaso te he perdido... Te imagino, aveces ave, cuando callan las caricias y un aleteo lejano se acopla a mí, aveces felino, austero y cercano, salvaje y frío. ¿Quién robó la melodía que alguna vez te ha habitado? O es acaso, buscas en todos a aquél ladrón, y te conviertes en ladrón en esa búsqueda? Desoyes los vocablos sutiles del viento, y no quieres probarlos, no quieres. No quieres sonidos que pendan de tus recuerdos, y en ellos, el mismo sonido se hace eterno silencio...


Raquel Martinez.

lunes, 12 de febrero de 2018

TUS CARAS SOLEDAD...

Cuantas caras soledad...
Tantas y ninguna.
Nombres yertos de lunas
acompasados de silencios
Tantas caras y ninguna, soledad... 

Ojos cerrados
Ojos de ausente mirar
empañados de nocturnidad.
Hay silabeos que la noche mezquina
Y este silencio sin rostro
sin nombre... 

Trozos de noche
que mis manos amasan
buscándote
buscando algún latido
que empañe la ausencia. 

Cuantas caras soledad, tantas y ninguna...


Raquel Martinez.

Y TE RESPIRO...

Y este silencio que se cuela entre mis dedos
dejándome gris la voz
de marchitos labios
Susurrándole a la almohada
implorándole un instante
una gotita de tu pensamiento...
Y así me respires
y así te respire...
Pero este silencio destiñendo lunas
matando susurros de saladas aguas
tenaz pensamiento de este mar de ausencias
en el que no logro hallarte, y no te he perdido...
Y te respiro
y creo que me escuchas
en este silente mar de aguados corazones.
Raquel Martinez.
¿Por qué no puedes ver el sol?
 ¿De dónde nace esa gris cortina?
 Esa, que roba de tu mirar, la nobleza y transparencia de tantos nuevos soles...
 Imprégnate de él, y permitete latir bajo su luz
la misma luz que nos hace tan y simplemente iguales...

sábado, 2 de enero de 2016

ESTE MAR...


Silencioso alfabeto
ambrosía de este mar
crecido en llantos y brumas...
Ambiciosos y fugaces aleteos
aves sedientas acariciando bordes
es este mar de solitarias almas
afanosa marea
devoradora
enlutada de lunas, quizás
renacida de lunas, tal vez
más, dolida
perpetúa para sí
hasta el último vestigio
del atardecer...


Raquel Martinez.

ES TU VOZ


Es tu voz de lluvia
más allá del mortecino vacío
de saber este destino de insalvables horizontes...
Es tu voz de lluvia
apenas humedeciendo los dedos
avergonzando mis ansias
y las palabras de ilusos venideros soles...
Yacerá mi alma
al son de tu voz de lluvia
y entonaré este silencio
de noches insoladas que me habita...


Raquel Martínez