sábado, 27 de agosto de 2011

OCASO




Adormecido fulgor tras el horizonte,

y el ocaso, inerme piel sobre la mía

rutilan versos bebidos labio a labio

que se derraman rozando nuestros cuerpos

tus soles, mis lunas, daban sus ecos al aire

y besandonos un ala, fue pensamiento el ave.


Adormecido fulgor tras el horizonte,

me habitas, con la fuerza de perpetuarte

me tomas, en la desnudez de sentirte mío

me tienes, en la plenitud de cada instante

y en mi boca, lento, lento te desgranas

bajo un cielo líquido, embriagado en esperas...


Raquel Martinez.

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